viernes, 30 de octubre de 2015

¿Por qué los cristianos pasaron de ser perseguidos a ser la religión del Imperio Romano?

Edicto de Milán 

El emperador Constantino legalizo la religión cristiana en el año 313 al promulgar el edicto de Milán.


El Edicto de Milán, conocido también como La tolerancia del cristianismo, en él se establecía la libertad de religión en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra los cristianos.

Cesadas las persecuciones y permitido el culto público y la predicación, el auge del cristianismo fue espectacular. Se construyeron muchos templos y los principios morales del Evangelio inspiraron de modo progresivo las leyes civiles y las costumbres de la sociedad.



Edicto de Tesalónica


El Edicto de Tesalónica, fue decretado por el emperador romano Teodosio el 27 de febrero del año 380. Mediante este edicto el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano.

Este acto fue, en realidad, una certificación del alto nivel de cristianización que tenía ya la sociedad romana y una medida de cohesión política del Estado, en unos tiempos en los que se hallaba en disolución.


Persecuciones

Motivos:

- Religiosos
- Orden social
- Militares
- Económicos

Catacumbas

Escondite de los cristianos, había símbolos para que se pudieran conocer entre los cristianos sin levantar sospechas, era una barca y un pez.

viernes, 23 de octubre de 2015

¿Por qué la Iglesia fue perseguida?

Causas

Las comunidades cristianas, al mantenerse apartadas de los cultos paganos, atrajeron sobre si la atención de la sociedad de manera negativa y hostil.Fue la primera vez en el Imperio Romano, que se presentaba una religión que consideraba a un único Dios. Las autoridades se fueron convenciendo de que la paz religiosa ganada hasta entonces, estaba amenazada por el cristianismo.
Durante los tres primeros siglos de la iglesia, las persecuciones se desataron contra ella, algunos fueron mas atroces que otras y buscaron de alguna manera acallar la fe de los cristianos. Estas fueron realizadas por los emperadores romanos: Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimo Severo, Maximino, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano. Se considera al último siglo III como "la era de los mártires"

Consecuencias

Las consecuencias de estas persecuciones provocaron la muerte de miles de cristianos y su sufrimiento. Las persecuciones produjeron que los cristianos tuvieran miedo de decir su religión y poder proclamar el evangelio que les enseñó Jesucristo.


viernes, 16 de octubre de 2015

La Iglesia en los Siglos I,II y III d.C

La Iglesia en el Siglo I d.C

Comenzaba la lucha de varios siglos del imperio contra los cristianos, pero también el atractivo cada vez mayor del evangelio para los habitantes de ese imperio, al ver el ejemplo de muchos cristianos que se dejaban matar antes de claudicar de su fe. Cuando llegó la hora de la libertad de la Iglesia, el cristianismo había penetrado profundamente en Oriente y Occidente:. Otras tierras, sin alcanzar el nivel de las primeras regiones, contarían también en su población con fuertes minorías cristianas.

La Iglesia en el Siglo II d.C

La Iglesia, con la asistencia del Espíritu Santo, iba poco a poco llevando a cabo la misión encomendada por Jesucristo. Los cristianos iban con el ejemplo y con la palabra defendiendo su fe cristiana, y llevando esa fe por donde iban. Los enemigos eran fuertes y usaban todo tipo de trampas y estrategias para acabar con el cristianismo. Por eso, cuando buscaban a los responsables de las desgracias de la época, siempre las acusaciones se lanzaban contra los cristianos. Y para calmar el furor del pueblo, los emperadores pronunciaban condenas contra los cristianos. Así nacieron las crueles e inhumanas persecuciones.

La Iglesia en el Siglo III d.C

La Iglesia, a pesar de todas las dificultades, seguía firme y en pie, porque estaba sobre la firme palabra de Jesucristo.
Los cristianos tienen que referirse siempre a la tradición de los apóstoles.
La Iglesia anuncia un mensaje idéntico en todo el mundo; por tanto, una sola fe y una misma doctrina.
La promesa de Cristo “Las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia” era un estímulo para todos los cristianos. Por eso, seguían firmes en la fe y gozosos en la esperanza.