La Iglesia en el Siglo I d.C
Comenzaba la lucha de varios siglos del
imperio contra los cristianos, pero también el atractivo cada vez mayor del
evangelio para los habitantes de ese imperio, al ver el ejemplo de muchos
cristianos que se dejaban matar antes de claudicar de su fe. Cuando llegó la
hora de la libertad de la Iglesia, el cristianismo había penetrado
profundamente en Oriente y Occidente:. Otras tierras, sin alcanzar el nivel de
las primeras regiones, contarían también en su población con fuertes minorías
cristianas.
La Iglesia en el Siglo II d.C
La Iglesia, con la asistencia del
Espíritu Santo, iba poco a poco llevando a cabo la misión encomendada por
Jesucristo. Los cristianos iban con el ejemplo y con la palabra defendiendo su
fe cristiana, y llevando esa fe por donde iban. Los enemigos eran fuertes y
usaban todo tipo de trampas y estrategias para acabar con el cristianismo. Por
eso, cuando buscaban a los responsables de las desgracias de la época, siempre
las acusaciones se lanzaban contra los cristianos. Y para calmar el furor del pueblo,
los emperadores pronunciaban condenas contra los cristianos. Así nacieron las
crueles e inhumanas persecuciones.
La Iglesia en el Siglo III d.C
La Iglesia, a pesar de todas las
dificultades, seguía firme y en pie, porque estaba sobre la firme palabra de Jesucristo.
Los cristianos tienen que referirse siempre
a la tradición de los apóstoles.
La Iglesia anuncia un mensaje idéntico en
todo el mundo; por tanto, una sola fe y una misma doctrina.
La promesa de Cristo “Las puertas del
infierno no prevalecerán contra la Iglesia” era un estímulo para todos los
cristianos. Por eso, seguían firmes en la fe y gozosos en la esperanza.